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Gasto Consciente: Empoderando a las Mujeres a Tomar Control de sus Finanzas

Actualizado: 27 oct 2024

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El coste real de los impulsos


Sofía, una profesional de marketing de 27 años, a menudo se sentía estresada al final de cada mes. A pesar de tener un buen sueldo, su cuenta bancaria se vaciaba tan rápido como pasar las fotos en su feed de Instagram. Cuando recibía su nómina y, en lo que parecían solo unos pocos clics - pidiendo comida a domicilio, comprando las cremas u otra prenda más en Shein — el dinero desaparecía. 


Después de un día difícil en el trabajo o una discusión con una amiga, Sofía recurre al “shopping” como terapia. Pero la alegría de estas compras es efímera, rápidamente reemplazada por una sensación de culpa. No entendía por qué seguía gastando impulsivamente, incluso cuando sabía que tenía que ahorrar.


La historia de Sofía es familiar para muchas mujeres. En un mundo que constantemente nos incita a gastar—con anuncios, influencers en redes sociales y la presión social —es fácil perder de vista el gasto consciente. Pero no te preocupes,  con un poco de comprensión y unos cuantos pasos prácticos, puedes tomar control de tus finanzas y gastar de manera que realmente se alinee con tus valores y metas.


Entendiendo el Gasto Impulsivo: La Psicología detrás


Para abordar el gasto impulsivo, primero debemos entender qué lo impulsa. Carl Jung, un psiquiatra suizo, exploró cómo emociones como la vergüenza y la culpa influyen en nuestras acciones. Según Jung, la culpa surge cuando actuamos en contra de nuestros valores personales. Esta emoción incómoda puede empujarnos hacia comportamientos impulsivos, como comprar cosas que no necesitamos, para sentirnos mejor, aunque sea solo por un momento.


¿Te has encontrado alguna vez, después de un día complicado, sintiéndote aburrida o atrapada en la rutina? Luego abres Instagram y ves a alguien mostrando su última compra, haciendo un unboxing. De repente, sientes ese impulso de comprar un pantalón o una camiseta, pero esas ganas no nacen de ti; son extrínsecas, provocadas por las redes sociales y diseñadas para atraparte en la lógica de venta. Al final, Instagram parece haberse convertido en una gran plataforma de venta de productos y servicios online.


Otro concepto psicológico, conocido como “aversión a la pérdida” de la economía del comportamiento. Esto explica cómo a menudo tomamos decisiones impulsivas para evitar la sensación de perdernos algo. Los anuncios que crean una sensación de urgencia—como “edición limitada”, “última oportunidad” u “oferta exclusiva”—juegan con nuestros miedos, haciéndonos creer que si no lo compramos ahora, perderemos una oportunidad para siempre.


5 PASOS PARA SER MÁS CONSCIENTE CON TU DINERO


1. Reconoce tus desencadenantes


Empieza por prestar atención a las emociones o situaciones que conducen a gastar impulsivamente. ¿Es el aburrimiento, el estrés, sentirse excluida, o la necesidad de validación? Al identificar estos desencadenantes, puedes crear esa pausa entre sentir la urgencia y actuar. Por ejemplo, si navegar por las redes sociales desencadena tu gasto, intenta establecer límites en tu tiempo de pantalla o dejar de seguir cuentas que te tienten a comprar cosas que no necesitas.


Cuando sientas el impulso de comprar después de un mal día, haz una pausa y pregúntate qué está pasando realmente a nivel emocional. Reconocer que estás buscando consuelo en lugar de complacerte con lo material puede ayudarte a tomar una decisión diferente.


2. Crea un Diario de Gastos


 Al igual que un diario de alimentos te ayuda a ser más consciente de tus hábitos alimenticios, un diario de gastos puede desvelarte tus comportamientos financieros. Anota cada compra que hagas en tu registro de gastos. También puedes anotar el porqué de la compra. ¿Estabas feliz? ¿Estresada? ¿Celebrando algo? Este proceso puede ayudarte a ver patrones y tomar decisiones más intencionales.

Cuando llevas un registro de tus gastos, puedes descubrir que ciertas emociones consistentemente impulsan tus compras. Esta conciencia puede empoderarte para cambiar tus hábitos.


3. Establece Metas Financieras Claras


Tener metas claras y tangibles puede facilitar resistir las compras impulsivas. ¿Quieres ahorrar para un viaje, invertir en un nuevo curso, o construir un fondo de emergencia? Cuando tienes un “por qué” sólido, es más fácil decir “No” a las cosas que no se alinean con tus objetivos financieros. Cada vez que sientes tentación a gastar impulsivamente, pregúntate si esta compra te acerca o te aleja de tu meta.

La próxima vez que quieras comprar algo y dudas que no lo necesitas realmente, tómate un momento para visualizar tus metas financieras. Tener en la cabeza tu  mayor meta personal puede hacer que la decisión de ahorrar pueda parecer más sencilla y se sentirá más gratificante.


4. La práctica de 24 Horas


Las compras impulsivas a menudo se alimentan de la inmediatez del deseo. Para contrarrestar esto, implementa la regla de las 24 horas para cualquier compra no esencial. Si ves algo que quieres, espera 24 horas antes de comprarlo. Este periodo de reflexión te permite considerar si el artículo es algo que realmente necesitas o solo es un capricho pasajero. Vas a ver que el impulso se desvanece, y agradecerás por haber esperado.


Cuando sientas el impulso de comprar, deja esta cosita bonita a un lado y date tiempo para reflexionar.  A menudo encontrarás que la compra no es tan necesaria y te agradecerás a ti misma por no haber actuado por emoción.


5. Cultiva la Gratitud y la Satisfacción


Las teorías de Jung nos recuerdan que gran parte de nuestro gasto está vinculado a las necesidades emocionales más profundas. Cultivar la gratitud y la satisfacción puede ayudar a satisfacer esas necesidades de forma más saludable. Dedica tiempo a reflexionar sobre lo que ya tienes y las cosas no materiales que te traen alegría—relaciones, experiencias, tus propios logros. 


Las prácticas de gratitud, como llevar un diario o simplemente reconocer las cosas por las que estás agradecida cada día, pueden cambiar tu enfoque de lo que te falta a lo que ya tienes.


Cuando sientas la necesidad de comprar algo nuevo, tómate un momento para enumerar tres cosas por las que estás agradecida. Este simple cambio de enfoque puede ayudarte a sentirte más feliz con lo que tienes, disminuyendo la necesidad de llenar vacíos emocionales con las compras.


Conclusión: Gastar con la intención


El gasto consciente no se trata de limitarte. Se trata de tomar decisiones que se alineen con tus valores, necesidades y metas a largo plazo. El gasto consciente se trata de tomar el control y decidir a dónde va tu dinero, en lugar de dejar que las distracciones externas y emociones internas guíen tus decisiones.


Al comprender los desencadenantes psicológicos detrás de tus hábitos de gasto y usar las prácticas para ser más consciente, puedes crear una relación más saludable con el dinero que te va a ayudar a lograr tus metas personales.


Recuerda, no estás sola en este camino. Como Sofía, muchas de nosotras nos dejamos llevar por nuestras emociones y sentimientos alimentados por el mundo consumista. Pero con la conciencia e intención, y un poco de paciencia, puedes transformar tus hábitos financieros y con eso, tu futuro.




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