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Retos que impiden a las mujeres gestionar mejor sus finanzas personales

Actualizado: 5 nov 2024


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En Monemí creemos que para crear una plataforma educativa que ayude a las mujeres a gestionar mejor su dinero debemos primero escuchar a nuestro público. Por esa razón, hemos organizado un evento donde podemos charlar con las chicas de diferentes backgrounds de forma abierta y sin juicios sobre sus finanzas personales.


Uno de nuestros objetivos era investigar qué barreras o retos tienen las mujeres en cuanto a gestionar su finanzas de la mejor manera. En base en su perfil, las chicas han compartido con nosotros 5 retos a los que se enfrentan:


  1. Miedos

  2. Falta de conocimiento financiero

  3. Comodidad con la situación actual

  4. Falta de solvencia

  5. Prejuicios sobre Inversiones - cosa de hombres



Vamos hablar de 5 retos que impiden a las mujeres gestionar mejor sus finanzas personales por separado:


 

Miedos  


Nos esforzamos mucho para ganar nuestro dinero, y cualquier inversión siempre tiene un riesgo, así que es natural sentir miedo a las pérdidas. Es importante explorar qué hay detrás de estos miedos: ¿provienen de la incertidumbre del mañana o de la falta de un colchón financiero en el que podamos apoyarnos en tiempos difíciles? Si es lo último, el miedo está completamente justificado. Sentimos una tranquilidad única cuando sabemos que tenemos un fondo de emergencia que respalda nuestras decisiones, listo para cubrir gastos imprevistos, como problemas de salud o reparaciones necesarias en nuestras posesiones más valiosas.


Otro miedo con el que muchas nos identificamos es el miedo a equivocarse. A veces, esto nace de la presión que sentimos por alcanzar la perfección en todo lo que hacemos. Pero la realidad es que, al inicio de cualquier aprendizaje, los errores son inevitables y, de hecho, tienen un valor inmenso. Equivocarse nos enseña y fortalece, ayudándonos a ganar confianza. Es como cuando empiezas a esquiar: después de la primera caída, el miedo se diluye, y te atreves a lanzarte con más seguridad. La clave está en recordar que cada tropiezo es un paso hacia la experiencia y el crecimiento en nuestra gestión financiera.



Falta de conocimiento financiero


Todas estamos de acuerdo en que la gestión financiera no nos la enseñan en el colegio (aunque deberían hacerlo). Y en la vida adulta no solemos hablar de forma abierta sobre nuestro dinero, todavía en muchas culturas sigue siendo un tema tabú. 




¿Por qué, entonces, en un mundo donde tenemos acceso a una cantidad ilimitada de recursos online, seguimos sintiéndonos perdidas en este ámbito? 




Una de las razones principales es precisamente la sobrecarga de información. Nos encontramos bombardeadas por una variedad de fuentes y conceptos, y resulta abrumador diferenciar entre lo esencial y lo accesorio. Muchas mujeres se sienten atrapadas entre abreviaturas, tecnicismos, y explicaciones enredadas.


“¡Para entender la definición de un término hay que mirar el significado de dos o tres palabras en la misma frase!” comenta una chica con frustración. 

Además, la falta de una guía clara y estructurada hace que el camino hacia una mejor gestión financiera se sienta inalcanzable. La terminología compleja y la poca orientación práctica convierten el aprendizaje en una tarea desalentadora. Esto resalta la necesidad de contar con recursos y plataformas que traduzcan este lenguaje y lo hagan comprensible y accesible, especialmente para mujeres que buscan tomar las riendas de sus finanzas sin sentirse perdidas en el proceso.



Comodidad con la situación actual


Este punto creemos que se explica mejor como falta de motivación. Ganas tu sueldo y te gestionas de tal manera que no necesitas más de lo que ganas. Al final, “no es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita”. Aunque no podemos estar más de acuerdo con esa frase, en algún momento, la mayoría de nosotros anhela algo más, ya sea para cumplir sueños personales, asegurar el futuro de nuestros seres queridos o alcanzar metas ambiciosas. La motivación para mejorar nuestras finanzas no debería nacer de una necesidad, sino de un deseo de construir un futuro que nos brinde más seguridad y oportunidades. Por eso, dar ese paso extra y mejorar nuestra gestión financiera puede ser la clave para tener la libertad de elegir y diseñar la vida que realmente queremos.



Falta de solvencia


No podemos negar que la vida se encarece cada año más y que los cambios personales, como el nacimiento de hijos o la compra de una nueva casa, exigen buscar fuentes adicionales de ingresos. Todas tenemos nuestras necesidades financieras, pero muchas veces no sabemos cómo abordarlas. En Monemí creemos que el primer paso para cada mujer es establecer metas financieras claras y llevar un control efectivo de sus gastos e ingresos.


Tener objetivos específicos nos ayuda a entender hacia dónde queremos dirigir nuestros recursos y qué ajustes podemos hacer para acercarnos a esas metas, como la creación de un fondo de ahorros, la eliminación de deudas o el aumento de ingresos. En Monemí también fomentamos la educación y planificación financiera como herramientas para tomar decisiones que nos permitan cubrir nuestros gastos y ahorrar dinero. Porque cuando comprendamos cómo entra y sale el dinero de nuestra cuenta seremos capaces de establecer un plan de ahorro y empezaremos a ver oportunidades donde antes solo veíamos limitaciones.



Prejuicios sobre Inversión - “cosa de hombres”


Este reto es uno de nuestros favoritos, porque representa un prejuicio que estamos decididas a romper. La inversión y la gestión de activos no son temas exclusivos de los hombres, aunque muchas veces la sociedad los presenta así. Si veis los anuncios educativos o profesionales sobre bolsa e inversiones: es común encontrar a un hombre en la portada, lo cual refuerza la idea de que este es un terreno masculino. No es sorprendente, entonces, que en España tan solo el 8% de los inversores sean mujeres.


Varias de nuestras participantes han compartido cómo, en sus vidas, fueron sus maridos, hermanos o padres quienes sugirieron en qué activos o fondos invertir, y ellas siguieron estas recomendaciones sin cuestionarlas.



Este patrón no sólo deja a muchas mujeres en un rol pasivo en sus propias finanzas, sino que también alimenta la creencia de que tomar decisiones de inversión es algo que los hombres saben hacer mejor.


Lo cierto es que, aunque los hombres suelen mostrar menor aversión al riesgo (tendencia natural a evitar las pérdidas) que las mujeres, esto no significa que tengan mejores resultados en sus decisiones financieras. De hecho, la prudencia y la cautela, rasgos comunes en las inversiones de muchas mujeres, pueden traducirse en una gestión más estable y con menos pérdidas a largo plazo. 




En Monemí, queremos empoderar a cada mujer para que tome las riendas de sus decisiones financieras, de manera informada y consciente. Porque invertir o gestionar nuestras finanzas no solo significa buscar rendimientos; también es un acto de confianza en nuestras propias capacidades y visión para construir el futuro que queremos.







 
 
 

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